sábado, 4 de octubre de 2008

Nura ya tiene 2 añitos

" Cuando nos aproximamos a Menorca por mar, la isla aparece como un filamento rosáceo en el horizonte. Lentamente, descubre la sombra vigilante del Monte Toro, las cuevas y bocas de los acantilados. A medida que nos aproximamos, la visión se hace casi irreal. La isla se extiende más y más hacia los lados, como si la tuviésemos entera ante nosotros en toda su latitud. Pero no gana en altura. Sigue tan rasa como cuando estaba en la lejanía, sobresaliendo apenas de la superficie marina.
Menorca no recibe al visitante con montañas y despeñaderos, como Mallorca; ni con la dulce y femenina oscilación de las colinas ibicencas. Ella está allí, indefensa, como recién salida del mar. Nos produce la misma sensación de soledad que sus predios diminutos salpicando los rincones de la costa.
Los fenicios, cuando cruzaban de noche por este litoral, veían titilear a lo lejos las hogueras de los poblados. Por alguna razón, este hecho les impresionó tanto que la llamaron Nura, "la isla de los fuegos". Aún hoy, si nos asomamos a la cubierta del barco, podemos imaginar la escena. Los resplandores perdiéndose en el horizonte paralelo al mar, en una noche que parece no tener fin."

Carlos Garrido, Menorca Mágica


Nuestra pequeña y humana "isla de fuego" ha cumplido ya 2 años, y está preciosa, divertida, sacando su "fogosa" personalidad por todos sus poros, en fin...para comérsela!
Cada vez que alguien me pregunta por el origen del nombre de mi hija, recuerdo por qué decidimos ponerle éste: queríamos que fuera luminosa y cálida, como la isla que un día llevó su mismo nombre. Hoy puedo decir que su sonrisa ilumina todas mis mañanas al despertarla, y que la calidez de sus mimos despierta en mí y en todos los que la rodeamos una infinita alegría y gratitud... su cariño es un regalo que nos ofrece, ya que en realidad nadie la obliga a ser así.
A la vez puede ser explosiva como el fuego, y tener mucho carácter, igual que Menorca. La verdad es que, ahora que aún no sabe leer, aprovecho para confesar que, aunque a mí me supone un gran esfuerzo enseñarle a controlar sus arranques, en el fondo me alegro por ella de que sea difícil de convencer. Si ella quiere algo, lo quiere, y ya está...no acepta sucedáneos. Esa fortaleza le irá bien en la vida.
Bueno, quería dedicarle este pequeño homenaje a mi niña y a la isla de mis sueños.

2 comentarios:

Princess Valium dijo...

Y me siento tan cercana a ti leyendo tus palabras. Menorca, mi isla preciosa, mi remanso de paz, mi sueño de verano. Y Aina mi princesita de dos años que también me da guerra y alegría y ternura...Un petó

Nuramai dijo...

Disculpa que no haya respondido a tu comentario hasta ahora, pero debo decirte que me gustó mucho cuando lo leí. Supongo que Menorca despierta todo eso y mucho más en todos los que la amamos... ¿puede ser que leyera que ibas a abandonar tu blog? espero que no, porque me gustaba mucho. A veces, éste es el único reducto creativo que nos queda cuando las rutinas y sinsabores de la vida nos arrancan las energías que podríamos dedicar a algo que realmente nos llenara como individuos... Un beso