jueves, 30 de octubre de 2008

Amar


Amar. Amar y ser amado.
Las únicas cosas por las que merece la pena vivir.
Descubro que el aprendizaje más duro y a la vez el más interesante en esta aventura que es la vida es ése: aprender a amar.
Siempre he creído que el amor era como una semillita que podías plantar, regar, abonar.... y al final veías crecer. Pero no siempre es así. A veces la tierra no es suficientemente fértil, o quizás es el jardinero el que no sabe aplicar cada paso en el momento adecuado... tal vez el peor desengaño sucede porque, cuando uno planta una semilla, aunque sólo sea porque disfruta haciéndolo, en el fondo lo que espera es que se convierta en una preciosa planta con flores y frutas. Necesita también esas frutas para poder seguir viviendo, para poder seguir teniendo energía y seguir plantando semillas...
Sin embargo, un día te despiertas y sientes hambre; llevas mucho tiempo plantando semillas, regando, abonando, hablándoles con cariño, cuidando de que el sol no las queme ni el frío las congele, pero hace tiempo que deberían estar dando fruto y no es así... o están dando un fruto tan pequeño que no constituye suficiente alimento para ti. Tal vez te has equivocado, tal vez no hay tierra suficientemente fértil a tu alrededor, tal vez esa tierra está demasiado seca y tiene demasiada sed, se lo come todo, lo agota todo...
Aprender a amar me apasiona, incluso en ocasiones en las que me he dado cuenta de que amaba más de lo que me había propuesto conscientemente; pero necesito sentirme amada con esa misma intensidad. Debería formar parte del aprendizaje de la vida, ¿no?
Aprender a amar y a gozar de ser amado...

viernes, 10 de octubre de 2008

Fosforescencias


Hoy he leído, en una selección de frases sobre la amistad, una de mi admirado Tagore:

"La verdadera amistad es como la fosforescencia; resplandece más cuando hay oscuridad."

He pensado en mis amigos, y en aquellos momentos en los que les he descubierto como tales...casi siempre ha sido en momentos oscuros. Aquellos que resplandecían mucho a veces resultaron ser de luz artificial y poco potente, así que en la oscuridad desaparecieron.
Pero aquellos que se quedaron iluminaron, con su mágica lucecita fosforescente, mi camino a través de las tinieblas, hasta que consiguieron guiarme hasta la luz de un nuevo día. Son pocos, pero desprenden suficiente luz. En semanas como ésta, en la que he sabido del dolor de algunos de ellos, deseo ser yo también fosforescente para ellos, aunque sea en la distancia... una luz cálida y poderosa que se pueda ver a lo lejos.

Les quiero dar las gracias a aquellos que brillaron en mis oscuridades por hacerlo, y también a aquellos que desaparecieron, porque de esa forma me fue más fácil descubrir a los que seguían ahí, conmigo.

Luces y sombras, eso es la vida...

sábado, 4 de octubre de 2008

Vivir

"Debemos estar completamente atentos al presente para disfrutar de una buena taza de té. Sólo siendo conscientes del presente nuestras manos sentirán el calor de la taza. Sólo en el presente aspiraremos el aroma del té, saborearemos su dulzura, y llegaremos a apreciar su exquisitez. Si estamos obsesionados por el pasado o preocupados por el futuro, dejaremos escapar la oportunidad de disfrutar de una buena taza de té. Cuando miremos el interior de la taza, su contenido ya habrá desaparecido.
Con la vida ocurre lo mismo. Si no vivimos plenamente el presente, en un abrir y cerrar de ojos la vida se nos habrá escapado. Habremos perdido sus sensaciones, su exquisitez, su aroma y su belleza, y sentiremos que ha transcurrido a toda velocidad.
El pasado ya ha pasado. Aprendamos de él y dejémoslo atrás. El futuro ni siquiera ha llegado. Hagamos planes para el futuro, pero no perdamos el tiempo preocupándonos por él. Preocuparse no sirve para nada. Cuando dejemos de pensar en lo que ya ha ocurrido, cuando dejemos de de preocuparnos por lo que todavía no ha pasado, estaremos en el presente. Sólo entonces empezamos a experimentar la alegría de vivir."

Brian Weiss, Lazos de Amor


Me lo voy a repetir todos los días: hay que apreciar la taza de té y a la persona con la que la compartimos, sea otro o sea yo misma. Os invito...

Nura ya tiene 2 añitos

" Cuando nos aproximamos a Menorca por mar, la isla aparece como un filamento rosáceo en el horizonte. Lentamente, descubre la sombra vigilante del Monte Toro, las cuevas y bocas de los acantilados. A medida que nos aproximamos, la visión se hace casi irreal. La isla se extiende más y más hacia los lados, como si la tuviésemos entera ante nosotros en toda su latitud. Pero no gana en altura. Sigue tan rasa como cuando estaba en la lejanía, sobresaliendo apenas de la superficie marina.
Menorca no recibe al visitante con montañas y despeñaderos, como Mallorca; ni con la dulce y femenina oscilación de las colinas ibicencas. Ella está allí, indefensa, como recién salida del mar. Nos produce la misma sensación de soledad que sus predios diminutos salpicando los rincones de la costa.
Los fenicios, cuando cruzaban de noche por este litoral, veían titilear a lo lejos las hogueras de los poblados. Por alguna razón, este hecho les impresionó tanto que la llamaron Nura, "la isla de los fuegos". Aún hoy, si nos asomamos a la cubierta del barco, podemos imaginar la escena. Los resplandores perdiéndose en el horizonte paralelo al mar, en una noche que parece no tener fin."

Carlos Garrido, Menorca Mágica


Nuestra pequeña y humana "isla de fuego" ha cumplido ya 2 años, y está preciosa, divertida, sacando su "fogosa" personalidad por todos sus poros, en fin...para comérsela!
Cada vez que alguien me pregunta por el origen del nombre de mi hija, recuerdo por qué decidimos ponerle éste: queríamos que fuera luminosa y cálida, como la isla que un día llevó su mismo nombre. Hoy puedo decir que su sonrisa ilumina todas mis mañanas al despertarla, y que la calidez de sus mimos despierta en mí y en todos los que la rodeamos una infinita alegría y gratitud... su cariño es un regalo que nos ofrece, ya que en realidad nadie la obliga a ser así.
A la vez puede ser explosiva como el fuego, y tener mucho carácter, igual que Menorca. La verdad es que, ahora que aún no sabe leer, aprovecho para confesar que, aunque a mí me supone un gran esfuerzo enseñarle a controlar sus arranques, en el fondo me alegro por ella de que sea difícil de convencer. Si ella quiere algo, lo quiere, y ya está...no acepta sucedáneos. Esa fortaleza le irá bien en la vida.
Bueno, quería dedicarle este pequeño homenaje a mi niña y a la isla de mis sueños.