Hoy he leído, en una selección de frases sobre la amistad, una de mi admirado Tagore:
"La verdadera amistad es como la fosforescencia; resplandece más cuando hay oscuridad."
He pensado en mis amigos, y en aquellos momentos en los que les he descubierto como tales...casi siempre ha sido en momentos oscuros. Aquellos que resplandecían mucho a veces resultaron ser de luz artificial y poco potente, así que en la oscuridad desaparecieron.
Pero aquellos que se quedaron iluminaron, con su mágica lucecita fosforescente, mi camino a través de las tinieblas, hasta que consiguieron guiarme hasta la luz de un nuevo día. Son pocos, pero desprenden suficiente luz. En semanas como ésta, en la que he sabido del dolor de algunos de ellos, deseo ser yo también fosforescente para ellos, aunque sea en la distancia... una luz cálida y poderosa que se pueda ver a lo lejos.
Les quiero dar las gracias a aquellos que brillaron en mis oscuridades por hacerlo, y también a aquellos que desaparecieron, porque de esa forma me fue más fácil descubrir a los que seguían ahí, conmigo.
Luces y sombras, eso es la vida...
3 comentarios:
Tú, para mi, también eres una luz...pero no como aquellas que ves por costumbre, como un semáforo. Sino como la de las estrellas. Esas que sabes que estan siempre ahí, que sólo hace falta que inclines la cabeza para estar con ellas pero que, a veces, conscientes de que no van a fallar, nos olvidamos de mirarlas.
He salido como anónima???? jajajaja!!! toma intriga pal cuerpo!!!.....claaaro, será porque le he dado a anónima, no???
Un besote!
Nenaaa! Menos mal que luego has puesto quién eras, porque a David ya le iba a dar algo!Jajaja...
Muchas gracias por tu comentario, lucecita, comparto tu opinión. Un besazo, mi "fosforescente " Patri!
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