jueves, 4 de noviembre de 2010

Cuando no estás...

Bajo mis párpados cerrados,
se desliza tu imagen,
tu presencia ausente,
el recuerdo de tu piel.

Cierro los ojos,
y siento la caricia de tu aliento,
la temperatura de tus manos,
tu sonrisa aleteando en mi rostro.

Y oigo tu voz,
lejana y cercana a la vez,
y cada suspiro me habla de ti,
cada silencio me permite oírte el alma.

En ese precioso instante
te siento a mi lado, muy cerquita,
y yo creo estar en el centro de tu corazón,
donde viviría para siempre.

Pero después abro los ojos
y tú no estás,
la realidad ha matado mi sueño,
como a un pájaro que hubiera querido volar sin alas.

Y aun así,
con mi sueño muerto en las manos,
aprendo cada día a amarte,
comprendo que en la vida, o amas o no eres nada.