se esconde
una lágrima furtiva,
que no dejo brotar.
Aunque no te lo diga,
tu recuerdo me invade,
y se cuela bajo mi ropa,
bajo mi piel,
en el alma...
Y en un rinconcito de mí,
a escondidas,
a veces,
no puedo frenar el llanto,
me rompo en mil gotas
de frágil cristal...
Pero te sonrío,
y bromeo,
y reinvento la vida
para que mis lágrimas
no se deslicen hacia ti,
para que no te alejen de mí,
para darte mi luz.
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