Un pequeño punto de luz
en la habitación a oscuras,
y ella lee...
Cabalga a lomos de las palabras
viajando a países sin fronteras,
viviendo otras vidas,
siendo el pobre y el Rey,
la virgen y la puta,
el día y la noche.
Un susurro sisea en su sueño
y en las rocas rompe el mar rojizo
luego sus labios lamen la líquida miel
y de ese modo,
la sensualidad del verbo,
el regalo de la literatura
le agita la mente
le acaricia el alma
y la hace más sabia, más bella.
En esa soledad, se siente fuerte,
porque sabe que, sólo abriendo el libro
y deslizando las páginas con sus finos dedos,
puede ir adonde quiera,
ser quien quiera...
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