viernes, 18 de enero de 2008

Buscando raíces


Podría decir que, aunque he nacido en Barcelona, el único lugar del mundo en el que tengo la sensación de estar en casa es Menorca. Por eso decidí averiguar por qué parece que mi cuerpo eche raíces allí cada vez que voy. Últimamente estoy investigando cosas sobre mi bisabuelo menorquín, Ángel Ruiz i Pablo, sólo por placer. Pero, conforme voy consiguiendo datos, cada vez me parece más interesante tanto su vida como su obra (era escritor). Si ya me apasiona la historia por sí misma, cuando se trata de la historia de mis antepasados, aún más! Por eso me estoy planteando elaborar un proyecto de investigación en serio, que aborde algunos aspectos concretos de su persona, por ejemplo, su obra pictórica (sí, resulta que pintaba, y muy bien). El problema es que este buen hombre tuvo nada más y nada menos que 14 hijos, lo cual quiere decir que cualquier rastro de su obra estará desperdigado, perdido o vendido...¡quién sabe!
Bueno, conforme vaya consiguiendo datos, a lo mejor elaboro un blog sobre él...ya veremos.
Cambiando de tema, su tataranieta ya camina solita, y parece que se ha recuperado del todo de la neumonía. ¡Cómo he disfrutado estas Navidades de mis dos pitufos! Biel está cariñosísimo con su hermanita y hasta la protege de sus compañeros de la guardería...je,je!

Un beso a tod@s

miércoles, 2 de enero de 2008

Luces al alba


Luz al fin. Tras días de negatividad y, por qué no decirlo, rabia, he apoyado firmemente el pie en el fondo del pozo y, viendo las sonrisas de mis niños arriba, he empezado un salto ascendente con el que pretendo llevármelos a ellos y a mi Sotomonte a las nubes, dejándonos calentar por el Sol y parando a descansar en la Luna. Mis tesoros son ellos, y quien quiera compartir conmigo esta fortuna que lo haga; quien no, pues se lo pierde.
Quiero alegría a mi alrededor, y sobretodo, alrededor de mis hijos. Estoy cansada de que se me contagie la tristeza que desprenden las noticias y la frustración que desprenden muchas personas.
Ayer, mientras sentía que el cuerpo de mi amado se relajaba bajo mis manos en un masaje nocturno, supe que quería esa paz en toda mi casa, y que voy a intentar que sea así. ¡Siempre he querido sanar con las manos!